jueves, 6 de mayo de 2010

La afición y Gerrard sí creyeron en el descanso (2005)

Siguiendo con las finales de Champions League, otra de las más conocidas es la de 2005, por la increíble remontada protagonizada por el Liverpool del recién estrenado en el banquillo inglés Rafa Benítez, que acababa de eliminar al Chelsea y que se presentó en el Estadio Olímpico de Ataturk con un once inicial formado por Dudek en la portería; Finnan, Carragher, Hyypiä y Traoré atrás; Xabi Alonso, Luis García, Gerrard y Riise como centrocampistas y Kewell y Milan Baros en busca del gol.

El AC Milan, dirigido por Ancelotti, se presentaba en la final después de eliminar al PSV, con un once compuesto por Dida; Cafú, Stam, Nesta, Maldini; Gattuso, Pirlo, Seedorf; Kaká, Shevchenko y Crespo.

El partido se le iba a poner de cara a los italianos, ya que en el primer minuto, Paolo Maldini iba a conseguir el primer tanto del partido. Esto iba a ser un mal menor, ya que al descanso el Milan iba a deshacer la pizarra táctica de Rafa Benítez y se iba a imponer por 3-0.

Sin embargo, algo debió pasar en el vestuario inglés para que sucediera lo de la segunda parte. Y es que, los hooligans del Liverpool creían en una posible remontada, ya que durante el descanso, mientras los jugadores se encontraban en el túnel de vestuarios, no paraban de cantar, a pesar de que la derrota podría haber sido humillante. Posiblemente Steven Gerrard tuvo mucho que decir en ese vestuario.

En la segunda parte el equipo de Benítez salió muy enchufado. Gerrard a los 7 minutos conseguía un gol que ponía un puntito más de credibilidad en la remontada inglesa gracias a un gran cabezazo. 3 minutos más tarde Smicer disparaba desde fuera del área un disparo raso cruzado que se colaba en la portería, la remontada era posible.

En el 58, Gattuso cometía penalti sobre Gerrard, y la proeza se acercaba. Xabi Alonso sería el encargado de lanzar un penalti errado por él mismo, pero supo enmendar su error y marcar en el rechace.

Ya en la tanda de penaltis, Dudek se convirtió en el gran héroe parando dos de los cinco penaltis, hasta tal punto que se creó un canción con videoclip incluido dedicada al portero polaco.

Steven Gerrard, que acabó el partido cojeando y con calambres, al igual que su compañero Carragher, levantó la quinta Copa de Europa del Liverpool, y el proyeto de Rafa Benítez no podía tener mejor comienzo. Su método del trabajo en equipo estaba dando sus frutos nada más aterrizar en la ciudad de 'The Beatles'

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