Es una de las finales europeas más recordadas por su dramático final, y es que perder el trono europeo en el tiempo de descuento dos goles de córner es realmente duro.
La cara de los aficionados alemanes era un poema, veían como su equipo iba a irse a la prórroga, pero lo que no sabían era que lo peor estaba por llegar. Solskjaer, con 10 minutos sobre el campo, iba a prolongar con el pie un remate de cabeza y ponía el 1-2 en el marcador.
El Bayern había sido tantos minutos campeón de Europa que se lo había creído, por lo que el golpe moral fue mayor, tan grande que la mayor parte de los jugadores se quedaron tendidos en el campo, llorando y golpeando el césped, (como Kuffour) por lo que el árbitro, Pierluigi Collina, tuvo que ir a consolarles para que se levantaran y poder terminar el partido.
Mientras, en el banco, el capitán alemán y leyenda del fútbol, Lotthar Matthaus no daba crédito a lo que veía, pues había estado jugando todo el partido y veía como el mayor título europeo se escapaba de su vida.
Como curiosidad, estos equipos ya se habían enfrentado en la primera liguilla, empatando ambos partidos, y clasificándose el Bayern primero, y el Manchester segundo.
Ese día el Manchester United pasó del infierno de ser el perdedor de una final, a la gloria de ganarla en apenas 100 segundos, poco más de un minuto y medio.

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